“En el año 2008 comenzó la
implementación de la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) a
través del Acuerdo Secretarial 442 por el que se establece el Sistema Nacional
de Bachilleratos (SNB) en un marco de diversidad. A partir de este momento las
instituciones de Educación Media Superior llevaron a cabo una serie de
actividades para implementar la RIEMS. En el Plan Nacional de Desarrollo
2013-2018 se establecen como propósitos, aumentar el número de alumnos en el
nivel medio superior y mejorar la calidad de la educación” (SEP, 2013).
Es por ello que uno de los principios que
guían a la Reforma de la Educación es el mejoramiento de la calidad del trabajo
y de las condiciones de la escuela para asegurar la permanencia y los logros en
el aprendizaje de los adolescentes. Para que este principio sea efectivo, es
necesario prever un conjunto de medidas y condiciones necesarias, de modo que
cada plantel de educación ofrezca la posibilidad de que alumnos y maestros
conformen una comunidad de aprendizaje. La conformación de una comunidad de aprendizaje
constituye una condición importante para el desarrollo de experiencias que
promuevan las competencias para la vida. Es por ello importante ofrecer un
programa de tutoría y orientación para los alumnos, de este modo, debe estar
sustentada en acuerdos que manifiestan una visión compartida sobre el trabajo y
la responsabilidad de la escuela ante los estudiantes, las familias y la
sociedad (SEP, 2006).
En
nuestro país, el sistema educativo ha establecido un perfil de egreso
que define el tipo de ciudadano que se espera formar, en su paso por la
educación. Una formación que destaca la necesidad de fortalecer las
competencias para la vida, incluyendo no sólo aspectos cognitivos sino los
relacionados con lo afectivo, lo social, la naturaleza, la vida democrática y
su logro, supone una tarea compartida entre los campos del conocimiento que
integran el mapa curricular de los diferentes niveles y el cual está encaminado
a lograr una educación integral.
Esta educación integral
pretende que los diferentes niveles de educación y modalidades de todas las
asignaturas sean transversales (abarca contenidos de varias disciplinas) porque una educación integral consiste no
sólo en el aspecto informativo de conocimientos en los estudiantes, sino que
busca que éstos desarrollen habilidades, destrezas y valores de tal modo que
sean sujetos competentes en cualquier ámbito.
La acción tutorial apuesta por
optimizar el rendimiento de la enseñanza mediante una
adecuada ayuda al alumno a lo largo de su avance por el Sistema Educativo.
Constituye un elemento inherente a la actividad docente e individualizada con
el educando en la estructura dinámica de sus actitudes, aptitudes,
motivaciones, intereses y conocimientos; debe ayudar a integrar conocimientos,
experiencias de los distintos aspectos educativos para asegurar que la
educación sea integral y personalizada.
Con el
programa de tutorías se pretende contribuir a elevar la calidad de la educación
en los diferentes niveles de educación, disminuyendo los índices de deserción y
reprobación que existen y coadyuvando en la formación integral del alumno desde
su ingreso al nivel básico y hasta el egreso en el nivel superior, mediante la
acción preventiva de la función del Tutor en las áreas pedagógicas y personales
y la función del Asesor en el área
académica (SEP, 2012).
El programa de tutorías es implementado
para disminuir o abatir los índices de reprobación y deserción, orientar el
aprendizaje de los estudiantes así como los valores y actitudes que rigen su
vida. “Se debe prevenir que los alumnos reprueben y deserten de las escuelas y
es por ello que es una labor compartida entre los docentes de una institución
educativa, lo que se traduce en un trabajo colaborativo de: director, docentes,
tutores, asesores y padres de familia; para conocer a los adolescentes y
reconocer todos los factores que podrían estar influyendo en su bajo
rendimiento escolar” (Gaxiola, 2011).
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